El día 14 de septiembre entró en vigor la nueva directiva de pagos digitales aunque, las entidades, al no estar preparadas para adaptarse a las normativas, se ha ampliado el plazo hasta marzo de 2021. Está directiva pretende aumentar la competencia en el mercado y mejorar la seguridad en los pagos digitales.
Esta nueva normativa sustituye a la anterior publicada en 2007, la cual implantó la Unión Europea para tratar de unificar los pagos y crear un mercado único.
¿Cómo afecta esta nueva directiva a los usuarios?
Para poder pagar de forma electrónica, era necesario realizarlo a través de la información de la tarjeta (número, fecha de caducidad y código CVV), además de un SMS con un código de verificación. Con la nueva normativa, será necesario cumplir con dos de tres formas posibles. Será con algo que tienes (teléfono o DNI), algo que sabes (una contraseña) o con algo que eres (huella dactilar o reconocimiento facial).
Otro cambio que supone esta normativa es que los consumidores estarán mejor protegidos en caso de fraude. Los usuarios sólo serán responsables de los pagos no autorizados de hasta 50 euros, cuando anteriormente era de 150 euros. Si al usuario le defraudan más de 50 euros, la entidad bancaria deberá hacerse cargo del importe y devolverlo en el mismo día.
Además, con esta directiva se simplifica el proceso de pago, pues las plataformas de pagos se integrarán en las páginas sin tener que abandonar la web. Esto supone la eliminación de intermediarios.
El concepto de Open Bank es otro de los aspectos que aparecen en esta nueva directiva de pagos digitales. Este concepto quiere decir que se permite el acceso a terceros a las cuentas bancarias de los clientes, siempre que cuenten con la autorización de éstos.
Éstos son los principales cambios que vamos a observar tras la aplicación de la nueva normativa de pagos digitales, puedes consultar el documento del reglamento europeo haciendo click aquí.